Publicado en El Norte de Castilla el 15 de mayo de 2015

Es un crack. Un auténtico showman. Empezó reparando neveras y tocando la batería en sus ratos libres antes de montarse en el dólar. Anhelaba ser presidente del Valencia pero se ha conformado con ser presidente del Olimpic de Xátiva. Habría comprado Emidio Tucci pero prefirió montarse una marca de ropa a la que le puso el chistoso nombre de Stefano Russini. Exhibió ferrari y rubia inenarrable a su vera, verita, vera y se fue metiendo a la gente en el bolsillo gracias a un discurso populista. Entró en política y no paró hasta ser alcalde de Xátiva. Lo intentó primero en Alianza Popular, luego en el CDS, más tarde en AIXATIVA y, finalmente, en el PP. Cuando consiguió derrocar a los socialistas, que llevaban 16 años en el Ayuntamiento, les espetó: “Ahora rodilla en tierra y a callar”. Fue el inicio de una larga carrera de (presuntos) rebuznos. Ha habido para todos. Para los minusválidos (“Subiremos a los minusválidos con cuerdas”), para los músicos (“Esos son más rojos que un pavo, los hijos de puta”), para sus propios electores por haberse creído que él iba a llevar la playa a Xátiva. Prometió (presuntamente) que si no llenaba el aeropuerto de Castellón de aviones lo llenaría de globos. Prometió (presuntamente) ferraris para todos sus votantes. Prometió (presuntamente) champán y mujeres en uno de sus mítines. Lo dicho, un crack que ha sabido ganarse (presuntamente) la simpatía de alcaldes y concejales con sus famosos almuerzos sabatinos. Ahora su fama local con sabor a horchata se ha esparcido por la piel de toro gracias a una grabación en la que (presuntamente) está contando dinero del cobro de una comisión, 1, 2, 3 …12.000 euros, dos millones de pelas. Él comenta (presuntamente) que como empresario que es puede contarlos donde quiera porque son suyos. Santa Rita Rita (Barberá), lo que se da no se quita. Ahora Rus deja la Diputación de Valencia pero no la alcaldía de Xátiva ni las listas del PP. Quizá el partido mantenga a Rus para que (presuntamente) no tire de la manta. Todo muy berlanguiano, muy de caciques modernos, muy de las Supremas de Móstoles, muy de kilos de laca, muy de rubias de bote. Y todo ello presuntamente. Que el caloret les vuelve locos. O sea.