Publicado en El Norte de Castilla el 12 de junio de 2015
Aunque la noticia pasó desapercibida (lo que tampoco resulta extraño en un país donde uno de cada tres españoles no lee un puñetero libro), hay que felicitar al maestro Andreu Martín que, en el pasado festival Valencia Negra, recibió el premio Francisco González Ledesma por toda una vida dedicada al género policíaco. El autor barcelonés está considerado uno de los padres de la novela negra formando una Trinidad grandiosa junto a los añorados Vázquez Montalbán y González Ledesma. Eso sin olvidar, en plan inciso reivindicativo, a otros autores que llegaron mucho antes y que se hartaron de escribir novelas policíacas que se vendían en los quioscos. Una verdadera generación perdida vilipendiada por la intelectualidad. Novelistas en algunos casos de altísimo nivel a los que ninguna Historia de la Literatura les ha dedicado siquiera un renglón. Y con el recuerdo a los Peter Debry, Curtis Garland y, sobre todo, Silver Kane, Andreu Martín recogió su premio. Al fin y al cabo, Silver Kane no es otro que González Ledesma, el mismo al que un Andreu Martín con seis años admiraba gracias a las historias del inspector Dan: “Antes que Andreu Martín, yo quería ser Silver Kane”. La novela negra sirve para exorcizar nuestros miedos y permite un análisis crítico de nuestra sociedad. Una sociedad, por cierto, más cruel que la más cruel de las descripciones de Andreu Martín. Y sí, ahora la novela negra parece gozar de reconocimiento social pero él recuerda que durante años los escritores de novela negra fueron unos auténticos apestados: “Lo que no entendí es que una clase social determinada despreciara este género, que se acercara a él como si oliera mal”. Luego, como todos sabemos, muchos de los que despotricaron contra ella escribieron novela negra. A pesar de ello, nada ha cambiado. Y eso que vivimos en unos tiempos en los que todo parece quedar reducido a lo negro. No se dan cuenta de que todos estamos metidos en el mismo barco. Y que el barco lleva tiempo naufragando. Aquí sólo cambiarán las cosas cuando “Cuéntame” se convierta en una saga negra. Y tal vez no falte mucho. Lo que nos vamos a reír cuando la serie llegue al año 1987 y descubramos que Antonio Alcántara es El Lute.