Publicado en El Norte de Castilla el 6 de noviembre de 2015
Uno se imagina pocos colofones como el propuesto este año por nuestra Seminci. Los galones de traca final se los había llevado “El acorazado Potemkin” con el acompañamiento de la OSCyL y los que tuvieron la oportunidad de asistir al Miguel Delibes hablan maravillas. Sin embargo, todos ellos se perdieron el estreno de “Tierras construidas”, último juguete cinematográfico del pucelano Arturo Dueñas. El LAVA se convirtió el pasado viernes en una auténtica fiesta con el propio Arturo y el pintor Cuadrado Lomas como anfitriones de lujo. Desde La Esgueva Films la propuesta parece clara y, al igual que hizo con “Corsarios”, Arturo Dueñas otorga voz y protagonismo a aquellos que nos han ayudado tanto a forjar nuestra identidad cultural. Rescatar del olvido, en fin, a nuestros genios locales, esos que el quijotismo mal entendido que tanto nos caracteriza ha dejado de lado. “Ahora, cuando ya me voy a morir, se acuerdan de mí”, comenta en el documental el último superviviente del Grupo Simancas. “Tierras construidas” es un canto a nuestra tierra, al paisaje castellano de escuadra y cartabón zarandeado por el viento, a una tierra interpretada en planos que ha asomado gracias al trabajo del hombre. Y en ese contexto surge la figura de Cuadrado Lomas que, entre cuadro y cuadro, Vivaldi on the rocks mediante, se convierte, con su verbo florido y torrencial, en una máquina de regalar titulares. Un pintor de la resistencia, sin academias ni leches que le avalen, antiacadémico por definición y subversivo por convicción. Alguien apegado a la tierra, a su tierra, para quien la modernidad es un cuento chino, y al que una auténtica revelación le llevó a comenzar a pintar sin cielos, a geometrizar su amado paisaje castellano, a robar luz a la luz y amarillos a los amarillos. La gabardina convertida en una entelequia, la luz cojonuda del estudio saqueada por un árbol vecino, las pinceladas pastosas, la soledad de los paisajes, el camino a la esencialidad y la carnalidad de un arte callado. Todo eso y mucho más está en el imprescindible documental de Arturo Dueñas, una auténtica joya que debería de ser de obligada visión en todas las escuelas.