DRÁCULA
“Los ojos del conde centelleaban; las rojas pupilas aparecían violáceas y lúgubres, como si en ellas ardiesen los demonios del infierno. Su rostro estaba mortalmente blanco, sus rasgos tan duros que parecían de acero…”. Hace un millón de años leí “Drácula”. Ahora he regresado al lugar del crimen y he vuelto a leer la […]