“Encontrarse en un caserón desconocido con al menos cuatro muertos y sin poder dar explicaciones a la policía es una de esas cosas que los médicos no recomiendan para curar las enfermedades nerviosas”.
Un joven periodista, Dan Farley, se hace pasar por un acaudalado y depravado tipo al que mata tras acusarle de la muerte de su padre. Un malvado traficante de drogas invita a cuatro de sus mejores clientes a un tenebroso castillo que ha comprado recientemente con la idea de asesinarlos y robarles con posterioridad en sus desiertas mansiones. Un juego consistente en dar a los cuatro degenerados ricachones una linterna para buscar en los recovecos del castillo a cuatro chicas dispuestas a todo. Un cuadro maldito de una mujer en uno de cuyos dedos lleva un anillo con una piedra roja. Una maldición lanzada por los antiguos dueños del castillo según la cual una de las mujeres de la familia exterminaría a todos aquellos que osaran pisar Black Tower…
Juego fantástico y entretenidísimo en el que no falta un castillo lúgubre lleno de rincones y escondites, una clase rápida sobre el uso y abuso de las drogas en los años en los que el autor escribió la novela y, cómo no, una preciosidad de excitantes e interminables piernas. De vuelta al Silver Kane más juguetón y terrorífico.