Publicado en El Norte de Castilla el 12 de mayo de 2017
Son noticias que te hacen desconfiar de que esto tenga realmente arreglo. Han sucedido en los últimos días, quizá en las últimas semanas. Da lo mismo. En cualquier momento te puedes encontrar con casos parecidos. Das una patada y te sale uno. Por ejemplo, el bombero expedientado por negarse a cargar en el puerto de Bilbao cuatro mil toneladas de bombas con destino a Arabia Saudí para no ser así cómplice de la matanza de civiles en la guerra de Yemen. La conciencia por encima del deber. A otros se lo permiten. A los bomberos, sin embargo, les mandan a cargar bombas con la excusa de que tienen que garantizar la seguridad de este tipo de embarques y si no lo hacen deben atenerse a las consecuencias. Ante eso, uno primero piensa que ese trabajo lo tendrían que hacer y pagar las empresas privadas que se lucran traficando con armas y explosivos; y luego se pregunta qué coño hacen cuatro mil toneladas de bombas en Bilbao con destino a Arabia Saudí. Así andamos. Vendiendo armas a la cuna del terrorismo islámico. El cinismo, o sea. Hablando de ello, o sea de desvergüenza, de impudicia, de obscenidad, nos llega la noticia del fiscal de Alicante que pide ocho meses de prisión para una pareja por robar comida caducada de un supermercado. Por lo visto causaron daños tasados en 28 euros que el supermercado ni siquiera ha querido denunciar porque la comida iba a ir a la basura. Pero para eso está el inflexible fiscal de turno, para aplicar la ley con severidad. Robar para comer, dónde se ha visto eso, qué se han pensado estos robagallinas. Además ella lo tiene fácil para librarse de la cárcel, con decir que todo el tema lo llevaba su marido está hecho. En fin, si vas a robar, roba a lo grande. Políticos y cuñaos reales tienen junto a ellos fiscales que parecen abogados defensores. Eso por no hablar de un fiscal anticorrupción más preocupado por perseguir a los periodistas que informan de los casos de corrupción que a los propios corruptos. En el país del latrocinio de guante blanco nos ensañamos con el bombero y la pareja que busca comida en la basura. Lo dicho, esto no tiene arreglo. “No future” fue un grito de guerra elemental del punk apadrinado por los Sex Pistols. Y es verdad que parece que no hay futuro. Sin embargo, el futuro está aquí. Y tiene muy mala pinta.