Publicado en El Norte de Castilla el 1 de febrero de 2019
El pasado sábado Albert Pla actuó en Valladolid. Ese mismo día supimos que el PP de Soria había pedido eliminar la actuación del artista catalán en el programa cultural de la primavera soriana. Lo hizo con razones demoledoras. La concejala del ramo las enumeró con convicción patriótica. El “pseudo-artista” provocador y/o catalanista invasor debía quedar fuera de suelo numantino. Eso venían a decir los amantes de la libertad… Albert Pla está de gira con su nuevo espectáculo “Miedo”, que es lo que parece que tienen la concejala y sus camaradas. Miedo a la libertad de expresión. Es evidente que desconocen por completo la obra del cantautor catalán, que no entienden su humor corrosivo, su necesidad de provocar, su surrealismo, sus contradicciones. En el LAVA pucelano no hubo, felizmente, ningún problema. Con el aforo completamente lleno, Albert Pla desgranó un concierto repleto de escalofriantes nanas cantadas con su característica voz de niño, aquí más apropiada que nunca. Un viaje muy íntimo (un tren de la bruja lisérgico) desde la infancia a la sepultura a través de los miedos, los temores infantiles (esos barbudos gordos que se cuelan por la chimenea cada navidad o ese ratoncito que arranca los dientes a los niños), los fantasmas que hay dentro de nosotros, el miedo a lo que hay fuera, a lo que hay dentro, a nuestros recuerdos, a bailar a solas con nuestros temores. Hubo de todo: payasos sádicos asesinos, equilibristas locos sin dientes, una muñeca diabólica que no paraba de repetir “canta, canta, no dejes de cantar, si dejas de cantar te morirás”, y hasta un hilarante monólogo de la madre ante el hijo moribundo, una vuelta de tuerca a lo bestia de “Cinco horas con Mario”. En fin, un espectáculo multimedia (multimierda, según Pla) fascinante, un recital teatralizado de todo menos convencional. Un show que remueve tripas y sentimientos. Que te hace reflexionar. Te hace pensar. Te hace reaccionar dependiendo del miedo de cada uno. Y también de sus prejuicios, que es otra forma de estar maniatado por el miedo. A la concejala de Soria seguramente le gustará más llevar a su ciudad a José Manuel Soto con su gira “Soy español”. O mejor aún, a Arévalo, para que cuente unos chistes de gangosos. Albert Pla es otra cosa. Del LAVA se marchó dejándonos con el alma en bandolera. “Estar vivo me da miedo, por eso me voy, ya estoy muerto, ya me voy”.