Publicado en El Norte de Castilla el 18 de octubre de 2019

Hablan de ella despectivamente como otra película más sobre la guerra civil y como una basura más subvencionada para mayor gloria de la izquierda. Lo hacen los mismos de siempre. Por supuesto ni han visto ni verán la última de Amenábar lo que no quita para que no paren de criticarla, se muestren muy ofendidos y salgan a vomitar por las cloacas, es decir por las redes. Cansa ya el mantra nazi que los hijos de Vox llevan repitiendo media vida. Por más que lo escupan, en España no se hacen muchas películas sobre la Guerra Civil. Más bien al contrario. En los últimos 8 años solo 15 de las 1.249 películas estrenadas. Nos hemos tragado, desde luego, muchas más películas de la Guerra Civil Americana y de la de Vietnam. Pero ellos siguen despotricando. Han intentado boicotear la película. Incluso durante el rodaje en Salamanca hubo críticas y amenazas. En fin, ellos se pierden no solo una estupenda y conmovedora película sino, sobre todo, una película necesaria. En “Mientras dure la guerra”, y sirviéndose de los últimos días de la vida de Unamuno, se denuncian los excesos de ambos bandos y se intenta ser conciliador y respetuoso. Todo ello desde la descomunal interpretación de Karra Elejalde que nos regala un Unamuno complejo, contradictorio, en tierra de nadie entre dos radicalismos, y lleno de angustia, en especial al observar cómo los sublevados, a los que apoyó en un principio, acaban cometiendo todo tipo de desmanes. Un filósofo convertido en un personaje de John Ford, atrapado casi en un western, dentro de una Salamanca pequeña y sitiada. Un Unamuno solo ante el peligro en la escena final que recrea el famoso enfrentamiento entre Unamuno y Millán Astray en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca el 12 de octubre de 1936. El “muera la inteligencia” y “viva la muerte” frente al “venceréis pero no convenceréis”. ¿Y si tan terribles son los unos qué hace usted aquí huyendo de los otros? El conflicto eterno de los hunos contra los hotros. La España a garrotazos tan bien reflejada en la escena en la que Unamuno discute con el joven discípulo. “Mientras dure la guerra”, una película de guerra donde los fusilamientos se escuchan pero no se ven. Una película acogida con repulsión por la derecha y con frialdad por la izquierda. Una película que triunfa y llena las salas sin ser de superhéroes. El superhéroe en esta ocasión es un intelectual, un escritor, un filósofo. Unamuno, bueno y mártir.