Publicado en El Norte de Castilla el 29 de noviembre de 2019
Lunes. Día Internacional contra la Violencia de Género. En Tenerife, Sara es acuchillada por su pareja. La víctima 52. La 1.028 desde 2003 en que se inició este vergonzante recuento. El mismo día un tipejo escupe su discurso de odio machista y fascista en el Ayuntamiento de Madrid. La capital, vendida a la ultraderecha, no tendrá declaración institucional contra la violencia machista. A Blanca su marido la estranguló y la tiró al río. A Toñi su pareja la degolló y dejó su cuerpo desangrándose en las escaleras de su casa. A María José su esposo, del que estaba separada, la estaba esperando en casa: había cortado la manguera de dos bombonas de butano y con una garrafa de gasolina hizo explotar la vivienda con ella dentro. A Ana María su marido la asfixió con sus manos antes de asfixiar a sus dos hijos de 5 y 8 años con una almohada. A María del Rosario su pareja le cubrió la cabeza con bolsas de plástico y le enrolló el cuello con varias cuerdas hasta que dejó de respirar. A Piedad la asesinó su marido a martillazos. Daría fue apuñalada por la espalda por su novio y su cuerpo lo encontró la policía un año después descuartizado en un congelador. María Pilar fue asesinada a golpes y a cuchilladas en su casa por su pareja. A Dolores la golpeó su compañero con una barra de hierro hasta matarla. A Helena la degolló su ex en presencia de su hija. Podríamos continuar con más de mil casos de mujeres asesinadas. Y también con cientos de miles de mujeres que viven en el infierno, conviviendo cada día con el maltrato, el miedo y la violencia. V., tras ser brutalmente agredida física y sexualmente durante 33 años, vio cómo su pareja le ponía una pistola en la cabeza. H. fue maltratada durante 49 años por su marido, se quedó sin habla y con apenas 40 kilos. A M. le temblaban las piernas cuando oía la cerradura de casa: su pareja utilizaba con ella el cinturón, el palo de la escoba o cubos de agua para despertarla cuando ella quedaba inconsciente por los golpes. A C. su marido le propinó varias patadas en el pecho, la arrastró por el suelo agarrándola del pelo y la tiró por el balcón a la calle. Inútil seguir con estas aberraciones. Los hijos de Vox continuarán rebuznando y minimizando el problema o frivolizando con él. Seguirán hablando de chiringuitos, de denuncias falsas, de feminazis. La única realidad es que solo los miserables, los talibanes, los nazis niegan esta realidad espantosa. A pesar de ellos siempre seremos el grito de las que ya no están.