Publicado en El Norte de Castilla el 21 de febrero de 2020

El FC Barcelona tiene contratada una empresa de consultoría en redes sociales y marketing digital con el fin de mejorar la imagen del club y de su presidente. Eso dicen. Les cuesta la tontería de un millón de euros (divididos, por cierto, en seis contratos distintos por debajo de los 200.000 euros para evitar que sean fiscalizados por la comisión delegada del club). Para más inri la citada empresa también se dedica, supuestamente, a atacar y difamar a terceros. Entre los afectados, un aspirante a la presidencia del club y jugadores de la propia entidad como Messi o Piqué. El club azulgrana, claro, ha negado toda relación con cuentas difamatorias. Eso sí, no ha tardado en romper el contrato con esa empresa. ¿Se puede creer a alguien en este mundo digital de mierda? Es más, como ya no te crees nada, podemos pensar que esta noticia la ha lanzado un empresa contratada por alguien para lanzar noticias falsas contra el Barcelona y desprestigiarlo. Las redes arden continuamente pero ahora sabemos que el ardor está pagado. Todo está pagado. Todo está comprado. Todo es mentira. Se compran seguidores y likes en Instagram, en Facebook, en Twitter. Las cloacas de las redes sociales se han convertido en el paraíso perfecto para los profesionales de la propaganda y la mentira. Se sabe de grupos que trabajan para los gobiernos manipulando la red. Fake news, falsas acusaciones con sus correspondientes informes de víctimas, encuestas y votaciones online alteradas, manipulaciones de todo tipo, social bots, filtros burbuja, mentiras que se viralizan, prácticas dirigidas a distorsionar y dirigir la opinión pública. Trump, que sabe mucho de esto, ya dijo que había ganado las elecciones gracias a las redes sociales. Al parecer, un artículo de The New York Times firmado por 15 expertos causa la misma impresión que cualquier disparate inventado por un tuitero de Galapagar o Tombuctú. El poder de las redes. Las fake news que algunos propagan con todo un ejército de trolls contratados para la causa. Y lo saben hacer muy bien.