Publicado en El Norte de Castilla el 22 de septiembre de 2022

Estrenado el mismo día que murió Isabel II, “Salvar al rey” es el título del documental de HBO que pone contra las cuerdas al rey emérito. Una historia tremebunda de conspiraciones, infamias y pactos de silencio para mantener en el trono a Juan Carlos I. La lista es interminable. Desde la muerte de su hermano a su huida a un paraíso fiscal. Por el medio, loas y admiración a Franco, soledad en su coronación con nadie de su familia y traición a su padre. Vínculos con países árabes a los que vendía armas. Primeras comisiones por traer a España barriles de petróleo. Implicación, según dos ex agentes del CESID, en el complot del 23F. Complicidad en todo tipo de chanchullos, una inviolabilidad que le permitía hacer lo que le daba la gana y una prensa que le tapaba todo. Y luego está el tema de la entrepierna. Un clásico borbonil. Queca Campillo, Corinna Larsen, Bárbara Rey y sus cintas grabadas son solo la punta del iceberg. Un servicio secreto convertido en organizador del puticlub privado del Borbón gastando cientos de millones en sobornar a amantes, alquilar picaderos y asaltar casas para destruir pruebas de sus infidelidades. Sin olvidar a unos presidentes de gobierno intentando pararle los pies sin conseguirlo. En fin, una serie que confirma todo lo que sospechábamos. O casi. Durante el documental estuve esperando el testimonio de Sandra Mozarowsky. Ah, no, que ya no puede, que casualmente se cayó del balcón de su casa cuando regaba unas plantas a las dos de la madrugada. Esa fue la versión oficial. Mientras me documentaba para “Más allá hay dragones” descubrí cosas espeluznantes. Así que mientras no sepamos qué pasó con ella realmente algunas historias permanecerán inconclusas.