El perro diabólico regresa al Hollywood más underground de los cincuenta de la mano del investigador privado Freddy Otash: el tirano que chantajeó a toda la industria del cine. Regresa el maestro moderno del noir, en su más descarnada esencia, con una novela basada en el personaje real Freddy Otash, malévolo monarca de la clandestinidad en el Los Ángeles de los años cincuenta. Freddy Otash es un expolicía en horas bajas. Liquidó a un asesino de polis a sangre fría, así que el jefe William H. Parker lo despachó. Ahora es un detective privado con mala reputación, un artista de la extorsión y sobre todo el matón jefe de Confidential, la revista sensacionalista que esparce cotilleos sobre las flaquezas de misántropas estrellas de cine y difunde trapos sucios de políticos papanatas y gente de la alta sociedad con inclinación por el sexo sucio. Jack Kennedy, James Dean, Montgomery Clift, Burt Lancaster, Liz Taylor, Rock Hudson… Freddy el Frenético los ha puesto en evidencia a todos. Era el Cacique del Cotilleo que tomó a Hollywood como rehén, y ahora, desde el purgatorio, ha venido a confesarlo todo. Narrado con la voz brutalmente divertida de Freddy, “Pánico” es una virulenta revelación, sin ambages, de la corrupción y la paranoia, del pecado y la redención.
Agárrense bien a sus asientos. La montaña rusa de James Ellroy inicia su viaje. Ritmo frenético, tono trepidante, acción electrizante, diálogos descarnados, historias escabrosas y brutales y un lenguaje por momentos alucinado y sin pelos en la lengua. James Ellroy en estado puro para contarnos la historia de Confidential, la revista sensacionalista que durante muchos años difundió todo tipo de trapos sucios sobre políticos, gente de la alta sociedad y estrellas de Hollywood.
“Confidential era el grial de esta generación de chirigotas. La desilusión es la iluminación. Confidential traficaba con la verdad y arponeaba la hipocresía. Era un documento devotamente decoroso… Así que creo un clima de miedo en Hollywood, que es el lugar más maravillosamente pervertido y cosméticamente moralista de la puta Tierra verde de Dios. Porque tengo un olfato infalible para la debilidad humana y he percibido desde hace tiempo que hemos entrado en una era en la que los dorados y famosos albergan secretamente el deseo de ser expuestos”.
Todo valía en su obsesión por incrementar las ventas de la revista número tras número, ofreciendo los detalles más íntimos y sórdidos de las vidas de los famosos, para luego exponerlos públicamente. Nadie se salva. Montgomery Clift, Burt Lancaster, Liz Taylor, Nicholas Ray, Natalie Wood y un larguísimo etcétera de celebridades que son retratados de una forma despiadada. Entre todas, destacan especialmente tres: en primer lugar, Rock Hudson, al que le buscan esposa y le ayudan a salir de sonados embrollos orquestando montajes para desviar la atención y tapar sus inclinaciones homosexuales; en segundo lugar, el entonces senador John Fitzgerald Kennedy; y, en tercer lugar, James Dean, al que seguiremos en sus inicios en Hollywood y muy especialmente cuando entra en la órbita del rodaje de la película “Rebelde sin causa”.
Una historia delirante, un paseo nocturno por el lado salvaje de la vida, un mosaico de películas obscenas, matones del FBI, actores famosos y calenturientas conspiraciones comunistas. Una auténtica ensalada Ellroy en todo su esplendor.