Publicado en El Norte de Castilla el 28 de octubre de 2023
Arrebato: 1. Acometida repentina de un sentimiento o un estado de ánimo. 2. Furor, enajenamiento causado por una pasión. 3. Éxtasis. 4. Film de culto de Iván Zulueta. Y con un guiño a “Arrebato” hemos empezado la Seminci este año. Lo ha hecho con el concierto de Jota, de Los Planetas, y la música que ha compuesto para material fílmico del desaparecido director: pequeñas películas amateur que sobrecogen al pensar que son las mismas que veían Eusebio Poncela y Cecilia Roth en “Arrebato”, las que les mandaba Will More, unas películas que vampirizaban a los protagonistas. “Esta misma mañana te enviaré las películas reconstruidas y esta grabación… Si ocurre lo que imagino, nadie te mandará la última película. Tendrás que venir tú a por ella”. Todos quedamos impresionados con lo que nos ofrecía “Arrebato”. Cine en carne viva, alucinado, inestable, turbador. El cine convertido en droga, en obsesión, en suicidio, en muerte, en arrebato. El cine que te atrapa para siempre y que te vampiriza. Y en eso consiste cada año el sagrado ritual de la Seminci. En dejarte vampirizar, en dejarte arrebatar. Para ello, este año tenemos de todo. La Sección Oficial (bien sûr), Punto de Encuentro, la siempre interesantísima Tiempo de Historia, nuevas secciones como Alquimias o Memoria y Utopía, Proyecciones especiales, Cine Gourmet, la India como país invitado, cine de Castilla y León y un largo etcétera. Hablando del cine de casa, tenemos la nueva película de Arturo Dueñas, “Secundarias”, una especie de Aficionados 2.0 protagonizada por las mujeres que marcaron la vida de Carlos V, con las actrices que interpretaron la obra teatral “Cartas al emperador” desnudándose en bambalinas. Un nuevo juego entre realidad y ficción tan querido por el director vallisoletano. Y no me olvido claro de las Espigas de Honor a cuatro actrices extraordinarias, mención especial a la Rampling, una de mis pasiones de juventud, actriz hipnótica que ha hecho todo tipo de papeles (fue hasta Irene Adler, la Mujer), aunque la mayoría la recuerda por su papel de superviviente del holocausto nazi en “Portero de noche”. De todas formas si algo llama la atención en esta edición es el protagonismo que adquiere la música, algo de lo que nos congratulamos. Desde maridajes musicales para ambientar las salas a un programa musical completo posterior a las proyecciones bajo la etiqueta Alhambra Seminci Noche, sin olvidar la proyección de “Lucha de corazones”, una joya del cine mudo español, con la música en directo de Abel Hernández. Y, por supuesto, el clásico de los clásicos en la Seminci, la proyección especial en el Centro Cultural Miguel Delibes con música en directo interpretada por la OSCyL. En esta ocasión el clásico elegido ha sido, nada más y nada menos, “El Hermanito”, obra maestra de Harold Lloyd, ese tierno personaje de gafitas y canotier que en ocasiones (y esta película es un claro ejemplo) no tenía mucho que envidiar a Chaplin y a Keaton. Pues eso, cine más música, el cóctel perfecto, un carrusel de aventuras, amor drama y slapstick on fire amenizado por la partitura que para la ocasión compuso el prestigiosísimo (y experto en poner música a películas mudas) Carl Davis. En ello andamos, un año más paseando vampirizados por el bulevar de los labios rojos, Seminci en flor, cine on the rocks, celuloide en vena y una obsesión que a veces es vida, a veces es muerte y siempre es arrebato. Porque ya sabemos la lección: si las películas no llegan a nosotros, si ocurre lo que imaginaba Will More, seremos nosotros los que tendremos que ir a por ellas. En eso consiste el arrebato.