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Vicente Álvarez

EL FARO DE AQUALUNG

MEMORIAS DE UN NIÑO DE DERECHAS

Seguimos con el ciclo memorialístico vallisoletano de Francisco Umbral. En esta ocasión, le toca el turno a “Memorias de un niño de derechas”, libro de 1972 que tiene el gran privilegio de constituir el primero protagonizado por la infancia/adolescencia del autor en Valladolid (luego vendrían una quincena más constituyendo el ciclo de memorias más glorioso de nuestra literatura). Cuando estalló la guerra civil, Francisco Umbral apenas contaba cuatro años. El escritor pasó sus candorosos días de infancia y la adolescencia en Valladolid, y estas Memorias dan cuenta de la cotidianidad del niño de provincias durante la guerra y las sombrías décadas de los años cuarenta y cincuenta. Con su inconfundible estilo, Umbral nos regala, entre la crónica y el lirismo, el retrato de un niño que empieza a descubrir el mundo en la etapa más cruda de la posguerra. Lo hace a partir de retazos destilados del recuerdo que no tienen desperdicio. Nos habla así el maestro de los baúles familiares, los italianos, los legionarios, los pacos, las canciones y las películas de la posguerra, el estraperlo, las queridas, el Sagrado Corazón de Jesus y la vida de los santos, el flagelo turbador de la carne, El Coyote (un héroe colonial entre señorito andaluz y Scaramouche del Oeste), los tebeos, los realquilados, las distintas razas de niños (los que tenían bicicleta –los niños ricos siempre iban de blanco- y los que no tenían bicicleta), las chicas topolino, las animadoras, el pecado, los piojos y la tuberculosis, los entierros y los desfiles, la siesta en el verano, los pederastas  que rondaban a los niños de la guerra, el fútbol y todos los mitos locales, los guateques y el cabaret, la propina, las compañías de revista, las oposiciones y los enchufados, las criadas y los gamberros, las primeras vespas, el cine italiano y, en fin, el mito de Madrid, que es a lo que aspiraban casi todos los jóvenes (“Había que tomar Madrid”).

“Madrid había sido visto siempre como corte de los milagros, reino del chotis, villa de la luz de gas, un sarao popular donde la infanta Cristina salía de paseo con el marqués de la Valdavia por los corredores del anacronismo…. En provincias, cuando un muchacho tenía inquietudes, aspiraciones, en seguida empezaba a pensar en irse a Madrid. La juventud masculina emigraba a Madrid para abrirse camino, hacer oposiciones, traficar en tabaco rubio, preparar cócteles en las embajadas, escribir artículos, despachar en Galerías Preciados, dar el timo de la estampita, jugar a la lotería, vender corbatas, enchularse con una vicetiple, o con su madre, ingresar en Hacienda, ingresar en Carabanchel o darse de alta en la homosexualidad”.

En fin, “Memorias de un niño de derechas” se destapa como una crónica original, audaz y fascinante a través de la memoria sentimental de los niños de la guerra, de toda una generación de niños, la del autor, nacidos en zona nacional. Una inclasificable crónica costumbrista de los años de la posguerra a través de los ojos de un niño. Una joya, una más, del maestro Umbral.

Temas

umbral

Sobre el autor

Escribe novelas y cosas así. Sus detractores dicen que los millones de libros que ha vendido se deben a su cara bonita y a su cuerpo escultural. Y no les falta razón. www.vicentealvarez.com


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