El cabronazo de Titivillus hizo de las suyas en Urueña aunque se le toreó con vino y paciencia ermitaña en el scriptorium.
Por cierto, dicen que las musas volaron bajo, aunque yo no las vi.
Consejo calígrafo: si pones una vela a Titivillus, las brujas te van a conceder un deseo.
SILENCIO,
SILENCIO,
SILENCIO: EL MAESTRO KEITH ADAMS TRABAJA…