Publicado en El Norte de Castilla el 27 de abril de 2012
El pasado miércoles se celebró el Día Internacional contra la Malaria, enfermedad de las llamadas “olvidadas” por no afectar ya a países desarrollados. Las noticias nos recordaron datos que deberían avergonzarnos. Por ejemplo el que un niño muera cada 45 segundos o el que una enfermedad (que puede prevenirse y que tiene cura con un diagnóstico precoz y un tratamiento farmacológico correcto) mate a un millón de personas al año. Durante estos últimos años se habían producido grandes avances en la lucha contra la malaria e, incluso, se había anunciado una posible vacuna gracias al proyecto liderado por Pedro Alonso. La generosa contribución española ha evitado en los últimos siete años cien mil muertes pero ahora dicen que ya no hay dinero. Sabemos que una simple mosquitera impregnada con insecticidas salva cientos de miles de vidas. Ni para eso hay. Sí que hay dinero, en cambio, para mantener una casta política que nos cuesta unos 720 millones de euros al año, para mantener por ejemplo unos 340.000 teléfonos móviles pagados con dinero público o 35.000 coches oficiales cuyo coste de mantenimiento ronda los 240 millones de euros al año. Ahora más que nunca hay que mantener el esfuerzo y no dar un paso atrás. No deberíamos permitir que los recortes que los gobiernos están llevando a cabo en políticas de cooperación (recortes que triplican la media de recortes en otros sectores) pongan en peligro miles de vidas. La dignidad no se debe recortar.
Hace un par de años, Bill Gates (cuya fundación contribuye con 200 millones de dólares al desarrollo de una vacuna contra la malaria) se reunió con varios de estos líderes que deciden sobre nuestra vida y sobre el destino de nuestro dinero. Para llamar la atención, soltó mosquitos en mitad de la reunión al grito de: “Los mosquitos transmiten la malaria. He traído unos cuantos y los voy a dejar volar libremente. No hay ninguna razón para que sólo la gente pobre se infecte”. En fin, para ser el anticristo no está nada mal. Ojalá la próxima conferencia que dé a esos tipos sea sobre minas antipersona y utilice la misma estrategia.