
“–Sí, eso me han dicho–Sakuta Kai se dejó caer en el sofá. Tomó un puñado de guisantes de wasabi y se los echó a la boca–. Pero lo que ya debe saber un hombre de tu edad es que no me he hecho rico creyendo lo que me dicen…”
Los 80 Diablos (pág. 39), amazon.es