Publicado en El Norte de Castilla el 11 de mayo de 2012
La gente parece contenta con la victoria de Hollande. Dicen que es un respiro para la izquierda y hablan del fin de la política de austeridad. Olvidan, sin embargo, el preocupante avance de la extrema derecha en toda Europa. Ver a los sicópatas del grupo nazi Amanecer Dorado vociferando, ladrando, eructando aquello de “temednos, que ya llegamos” o “hay que llenar las fronteras de minas para frenar la inmigración” da mucho miedo. Bueno, todo lo que sucede últimamente da miedo. Una mezcla explosiva de miedo y rabia. Un desasosiego que se transforma en cólera cuando día tras día escuchas las noticias. Rajoy anuncia el recorte de diez mil millones de euros en Sanidad y Educación para luego anunciar que Bankia recibirá diez mil millones de dinero público. Nos dicen que no hay presupuesto para becas o servicios sociales pero aquí se gastan 350.000 euros en un cartel taurino de altos vuelos o destinan 300.000 euros para enseñar a cazar a niños de entre 7 y 12 años. Nos piden sacrificios continuamente. Cualquier día nos pedirán un riñón. No es broma. Según cuenta el New York Times, a Debbie Stevens no se le ocurrió otra cosa que donar un riñón a su jefa, que por lo visto necesitaba un trasplante urgente. Lo terrible es que, tras la operación y una vez incorporada al trabajo, la empleada se sintió indispuesta y pidió una baja. La jefa (todavía convaleciente en casa) la llamó para recriminárselo. Poco después, la trasladó de oficina, en un llamado destino de castigo, a 50 kilómetros de su hogar. Debbie acudió a un psicólogo y llevó el informe a la jefa. La respuesta fue el despido. Se rumorea que en la nueva Reforma Laboral intentaron incluir un apartado donde se obligaba al trabajador a poner sus órganos vitales a disposición de la empresa (con la concesión, eso sí, de un día de baja por enfermedad). Lo seguirán intentando. Nos costará un riñón el despido pero quizás a ellos les cueste más. La gente está muy harta. Sospecho que la calle pude arder. Y estoy seguro de que el sistema no va a tener suficientes bomberos para apagar el fuego.