Después de dos meses dedicado en cuerpo y alma, casi las 24 horas del día, a terminar el encargo de una editorial, qué mejor modo de regresar a las barricadas de la literatura que con mi admirado Silver Kane. “Las fronteras de la noche” es una novela marca de la casa. Cuenta la historia de Jess Tunder, un agente del Servicio Secreto británico, al que le ordenan silenciar a un enlace llamado Yavrenko, un antiguo agente secreto que se ha cambiado de bando y que se esconde en la vieja ciudad rusa de Novgorod. Antes de comenzar la misión, un extraño suceso ocurre: Esther, la mujer de Jess, afirma haber hablado con un hombre completamente igual a Jess Tunder….
“Las fronteras de la noche” tiene todos los ingredientes de las novelas de espías: intriga a mansalva, bruscos giros de la trama, mucha acción, persecuciones de coche casi a ritmo cinematográfico, luchas imposibles en lugares más imposibles aún (aquí en un tren), mujeres fatales y mujeres preciosas (muchas veces, la mayoría, interpretando el mismo papel) y un arma secreta, en este caso en forma de libro mágico y asesino. “Jess se dio cuenta de la trágica realidad, de que había atravesado ya las más negras fronteras de la noche y de que más allá sólo había mentira y horror. Y una sola verdad, que era la de su propia e inevitable muerte”.