Película mágica y evocadora que interpreta libremente el mágico y evocador relato dickensiano. La historia de una mujer maravillosa, chica boom, que atraviesa a los hombres como si fuesen de mantequilla. La historia de una espina bien clavada que lleva al protagonista a vivir sólo por y para una mujer que no le ama. La vieja mansión de Paradiso Perduto, un palacete casi gótico y medio en ruinas, que se convierte en el sitio irreal y poético para que el protagonista se enamore irremediablemente y lleve ya para siempre el nombre de una mujer pegado a su cuerpo de forma irremisible. Historia, en fin, de un amor desgarrador, obsesivo y devastador. Un amor que el propio protagonista sabe que sólo puede traerle desgracias pero al que no puede sustraerse. Nunca pierdas la esperanza, parecen decir las tonalidades verdes que inundan toda la película….
– Ella te romperá el corazón. Es un hecho. E incluso aunque te prevenga, aunque te garantice que ella sólo te lastimará horriblemente, tú la perseguirás…. ¿No es maravilloso el amor?
– Y uno lo recuerda. Cada uno recuerda qué sintió. Y luego me fui a casa a dibujarlo. Me olvidé de la joven celestial que no me amaba y elegí hacerme mayor
– Dibujas bien. Eres una mierda para bailar, pero dibujas bien.
– La manera de ser de los ricos y toda mi añoranza, que empezó ese día. De pintar para los ricos, de tener su libertad, de amar a Estella. Las cosas que no podemos tener.
– El amor de tu vida te abandonó. Duele, ¿verdad?
– ¿Qué se siente cuando no se siente nada?
– ¿Es que no entiendes que todo lo que he hecho lo he hecho por ti? Todo lo que hay especial en mí eres tú.
– ¿Sabes que es esto? Es mi corazón…. y está roto. ¿Lo notas?