Publicado en El Norte de Castilla el 27 de septiembre de 2013
Anda por San Sebastián David Trueba presentando “Vivir con los ojos cerrados es fácil”, la historia de un profesor que busca a John Lennon en la cutre España de los sesenta. El público la ha recibido con encendidos aplausos y todos coinciden en señalar que es una película bonita, una de las mejores cosas que pueden decirse de una película. Trueba habla de ella como de un western protagonizado por un profesor a lomos de un Seat 850. Eso sí, con el trasfondo de un John Lennon rodando una película en España y componiendo en nuestro país “Strawberry Fields Forever”, una de las canciones más hermosas de toda la historia de la música. Para estar a la altura, el director ha encargado a dos auténticos genios del jazz la composición de la banda sonora. Pat Metheny y Charlie Haden seguramente nos volverán a llevar a los cielos de Missouri y nos ayudarán a encontrar los campos de fresas de los que hablaba Lennon, esa especie de paraíso que todos anhelamos y que tanto nos cuesta alcanzar. Y es que a veces nos disgustamos por tonterías, encontramos dolor en estupideces. El dolor es otra cosa. Por ejemplo, tener telarañas en el estómago y no poder sacártelas de encima. Dicen que lo que no te destruye te hace más fuerte. El problema radica en saber cuánto hay que esperar para saber si algo puede destruirte o, por contra, darte arrestos para seguir adelante. La vida consiste en eso. La vida te enseña a esconder las penas, a entrelazar saudades, a cicatrizar las heridas como los párpados de los poetas locos, a visitar las catedrales donde se lloran los amores perdidos, a dormir sobre colchones de granito, a doblar lágrimas y guardarlas en maletas. Aprendemos que el olvido no es sanguinario, que lo que es sanguinario es el recuerdo. Por eso encontrar el edén de Lennon se antoja imprescindible, el último clavo al que agarrarnos para sobrevivir. Vivir con los ojos cerrados es fácil. Allí se puede hacer. En los campos de fresas de John Lennon, el sitio donde nada es real y no hay nada para perder el tiempo. Campos de fresas para siempre.