Una banda de encapuchados asalta un rancho. Matan a todos, violan a una muchacha y se llevan un buen puñado de dinero. Pocos días después, asaltan un banco de la misma forma y casi con idéntica saña. El sheriff de la ciudad de Dallas contacta con Madison, un pistolero sin escrúpulos, para que intente atrapar a la banda de asesinos. Lo más curioso es que los miembros de la banda van cayendo poco a poco de la forma más atroz: uno de ellos partido en dos por la sierra de la carpintería, otro ahogado en la basura del Penal, otro quemado vivo en el horno del pan…
Por el medio, una historia de venganza y un protagonista que forma parte del tipo duro (fanfarrón y machista, de frase corrosiva y gatillo fácil) que tan bien retrata Silver Kane. En el fondo una historia policiaca al ritmo impuesto por las leyes del western.