Publicado en El Norte de Castilla el 24 de enero de 2014

En China los adolescentes se ponen pañales para aguantar más tiempo delante del ordenador sin necesidad de tener que interrumpir, para ir al baño, la sagrada liturgia de la navegación por los callejones de bits. En España todavía no estamos tan enganchados pero el último dato que ha trascendido en esta escalada de imbecilidad es que 19 millones de españoles consultan el móvil 150 veces al día. Hay un vídeo que está arrasando en Youtube que nos muestra hasta que punto somos esclavos del dichoso aparato. En él se suceden varias escenas protagonizadas por la misma chica. Empieza en la cama con su novio: ella le abraza y él no le hace caso porque está consultando el móvil. Luego la vemos en el campo protagonizando una escena similar; en una terraza de un bar contando a los amigos lo hermoso que está el cielo aunque ellos deciden buscarlo en Youtube; en la playa viendo como un hombre se declara a su novia y graba la escena con el móvil; en un columpio junto a una niña que no quita ojo de su móvil; brindando con una amiga que sube la foto a Instagram; en una obra de teatro y en un concierto mientras todos alrededor graban la actuación; jugando a los bolos con unos amigos más pendientes de su móvil; en su cumpleaños mientras todos la graban al soplar las velas; y por fin la chica otra vez en la cama con el novio: ella apaga la luz para dormir pero él enciende el móvil y decide ver una película ¿Nos hemos vuelto locos? El video tiene 38 millones de reproducciones. Seguramente la mayoría lo han visto a través del jodido aparato. La estupidez nos ha vuelto a ganar. Una nueva droga nos ha enganchado. Hay una app para eso: se llama Respeto. Escucho a Antonio Escohotado en una rola de Calamaro contando cómo Alejandro Magno se cayó en un río helado en mitad de una batalla. Al levantarse se dirigió a sus hombres: “Me cago en la leche. ¿Os dais cuenta las cosas que tengo que hacer para que me tengáis respeto?” Si eso hubiera pasado ahora, alguno de los soldados habría subido la escena a las redes sociales. Seguramente sería trending topic. Pues eso. Respeto.