Ha pasado por Valladolid casi de puntillas. Ofreció un mini-concierto acústico y marchó igual de venenoso que vino. Dejó una estela a Ketama, rumores lejanos del Sorderita y del gran Ray Heredia, un puchero light con espíritu kañí y, por supuesto, pura habichuela en Ronnie Scotts cuando se sentó al cajón. “Soy como una sombra detrás de tu almohada. Soy como una sombra que ha perdido el alma”. En el aire, desde luego, flotó todo el rato ese “Problema” que taladró mi corazón hace siglos. Es decir, ayer. Pinches recuerdos.