“¿Os imagináis lo que tuvo que sentir al leer que, durante un paseo en barca por el Sena, su hija había caído al agua, y su marido se había tirado a por ella pero no había podido rescatarla? Durante mucho tiempo se dijo que él, al ver que no podía salvarla, prefirió morir con ella y que se encontraron sus cuerpos en el fondo del río abrazados. A raíz de aquella desgracia, Victor Hugo emprendió la tarea de comunicarse con su hija más allá de la muerte y empezó a celebrar sesiones espiritistas en su casa desplegando el vestido que Léopoldine llevaba cuando cayó al río”.
Escalera al cielo (pag. 53), amazon.com