Publicado en El Norte de Castilla el 30 de mayo de 2014
Era previsible: todos van a ir como lobos a por ellos. Ya han empezado. Empezaron, de hecho, nada más conocerse los resultados. Los cinco escaños y el 1,2 millones de votos de Podemos han escocido. Floriano, con las urnas todavía calientes, encendió la mecha acusando a los seguidores de la nueva formación de votar el modelo de la Venezuela de Maduro y de apoyar a la extrema izquierda, a los que hacen escraches, a los que asaltan el Congreso. Luego vinieron los demás. Rita Barberá, Monago, León de la Riva… Los insultos a Pablo Iglesias no han parado desde entonces, convirtiéndose en unos días en la encarnación del mal. La Brunete mediática ha descargado todo tipo de calificativos contra este profesor universitario con coleta que manda a sus alumnos ver “The Wire”: hippie, perroflauta, antisistema, chavista proetarra, telepredicador, radical financiado por Corea del Norte, Le Pen con coleta que gobernaría con Bildu. ¡Hasta le han acusado de comprar la ropa en Alcampo! Curioso, en todo caso, que los que le llamaban perroflauta, ahora que le tienen miedo le llamen ultraizquierdista. Los insultos vienen de los mismos que se rasgaban las vestiduras con los que utilizaban las redes sociales para insultar, los mismos que no se muestran preocupados por el alarmante ascenso de la ultraderecha en las elecciones europeas, los mismos que quieren ahora asustar a las viejecitas con el cuento de que vienen los comunistas a quitarles sus casas. Alguien está jugando sucio y no es Pablo Iglesias. En fin, el linchamiento mediático no para. Uno de los monstruos que pululan por la TDTparty no se ha cortado un pelo en calificar de “pobre tontico” al eurodiputado electo Pablo Echenique, tal vez por tener un 88% de minusvalía. Se retratan solos. Y no crean que sólo ha sido la derechona la que se ha puesto nerviosa. También ha saltado a la palestra Rosa Díez. Incluso Felipe González ha salido de su cueva. Les tienen miedo. Es bueno que vean peligrar su poltrona. Ladran, luego cabalgamos. Como dijo el añorado José Luis Sampedro: “El sistema está roto y perdido, por eso tenéis futuro”.