Publicado en El Norte de Castilla el 24 de abril de 2015
Para ti, que sabes que un libro es como llevar un jardín en el bolsillo. Para ti, que puedes pasarte horas y horas en una librería. Para ti, que sientes que las letras están latiendo cuando lees ciertos libros. Para ti, que regalas libros como quien regala vidas. Para ti, que ves más atractivas a las personas que leen por la calle, en los cafés, en los parques, en el metro, en cualquier lugar. Para ti, que sigues guardando recuerdos importantes entre las hojas de los libros. Para ti, que no sabrías vivir sin el olor de los libros. Para ti, que tienes decenas de libros sin leer y, aun así, no paras de comprar libros. Para ti, que sigues conservando todos los carnets de las bibliotecas que has utilizado a lo largo de tu vida. Para ti, que nunca sales de casa sin un libro. Para ti, que sabes que la mejor forma de viajar es leyendo un libro. Para ti, que cuando te dejan un libro y te gusta lo acabas comprando para tenerlo en tu biblioteca. Para ti, que comienzas los libros con excitación y los terminas con nostalgia. Para ti, para quien nunca son suficientes todos los libros que compras. Para ti, que siempre pones en tu currículum que leer es tu principal hobby. Para ti, que no entiendes a la gente a la que no le gusta leer. Para ti, que todavía conservas los libros de tu infancia. Para ti, que te proteges de los sinsabores de la vida atrincherándote entre libros. Para ti, que alargas los finales de los libros que te gustan porque te produce tristeza terminarlos. Para ti, que sabes que hay muchos mundos y que todos están dentro de un libro. Para ti, que crees en Sherlock Holmes y en el Marqués de Bradomín y en los piratas de La isla del tesoro y en los elfos de El señor de los anillos. Para ti, que sabes que D’Artagnan acudirá presto a rescatarte de tu monótona vida. Para ti, que has visto llorar a Emma Bovary. Para ti, que has empuñado Excalibur, que te has subido en el Nautilus y que sales de copas con Edgar Allan Poe. Para ti, que te acuestas todas las noches con Ana Karenina. Para ti, que juegas a las cartas con Sandokán, con Marlowe y con el licenciado Vidriera. Para ti queremos, como en la canción, otear el paraíso.