Publicado en El Norte de Castilla el 3 de marzo de 2017
Sólo Harry Potter nos salvará de Donald Trump. Lo dice un estudio de la Universidad de Pennsylvania según el cual cuantos más libros de la saga leen los norteamericanos menos toleran las ideas de Trump. Para los autores del estudio, ello es debido a que los temas que imperan en el mundo de Potter son el valor, la tolerancia, el respeto a la diferencia y el pacifismo. Y ya sabemos que Trump se pasa todo eso por el arco de triunfo. En su caso, por un arco de triunfo dorado y lleno de espejos refulgentes. Lo que no mucha gente sabe es que Harry Potter se encontró con Trump hace ya un buen montón de años. El actor que interpretaba al mago más famoso tenía sólo 11 años y presentaba la primera película de la saga. El pobre estaba muy nervioso ante su primera entrevista y coincidió en el plató con un Trump que por aquella época sólo era una especie de Tío Gilito catódico. El crío le confesó que estaba muy nervioso y que no sabía lo que iba a contar en el programa y el multimillonario sin abuela le dijo: “Cuenta que has conocido a Donald Trump”. Ya entonces Trump se creía la persona más interesante del universo. Todo el mundo quiere y admira a Trump (al menos eso se piensa él) pero nadie quiere y admira tanto a Trump como el propio Trump. Tal vez por eso pone espejos en todos los lados y los barniza de oro. Pues eso, la política convertida en reality show. El emperador del mundo gobernando a base de twits. Un telepredicador en poder del botón nuclear. Un tipo que suelta ventosidades por la boca al mando de la teletienda del Pentágono. En fin, que hay algo más escandaloso que el hecho de que exista un mamarracho como Trump y es que un país lo haya votado. Pero hay, incluso, algo más escandaloso. Y es que algunos se escandalicen con lo escandalizado que está medio planeta con la llegada al trono imperial de este peligroso tipejo. Es entonces cuando sale la manada de cuñados que se cabrean y acaban diciendo que les empieza a caer bien Trump por el acoso que está sufriendo y lo injusta que está siendo la gente con él porque no le dejan gobernar en paz. No me cabe la menor duda de que a todos ellos, en el fondo, les gusta el discurso del gorila siniestro de pelo naranja. En todo caso, lo que parece claro es que con él llegó el escándalo. Que, al menos, no suenen las trumpetas del Apocalipsis.