Publicado en El Norte de Castilla el 17 de enero de 2008.
Y en esto aparecieron unos cuantos deportistas y dijeron que se ponían tristones cuando llegaba la hora de escuchar el himno y no podían abrazarse y cantar a pleno pulmón. Entonces el Comité Olímpico Español pensó que era peligroso que sus chicos pudieran traumatizarse, habló con los de la SGAE y, juntos, montaron un concurso con el fin de elegir una letra para el himno nacional, algo que, además, puso cachondo al líder de la oposición. Así que, como quien no quiere la cosa, el pasado día 11 se filtró la noticia de que el jurado había escogido la letra enviada por Paulino Cubero, un parado manchego de 52 años. A la Marcha Granadera o Real, que se popularizó como himno cuando Carlos III la instituyó en marcha de honor en 1771, y que siempre ha sido el himno de España (salvo durante la II República, cuando se adoptó el himno de Riego), algunos quieren añadirle el parche de una letra metida con calzador. Un poquito de verdes valles, de cielos azules y de pueblos en libertad y ya tenemos el pollo montado. Estoy seguro de que el autor no tiene la culpa de nada. Él se limitó a presentarse a un concurso que ha acabado ganando. Tal vez Pemán le podría denunciar por plagio, eso sí. Todo lo rancio, lo impostado, lo cursi y lo postizo tiene cabida en esa letra. Han dicho de ella que es casposa, que es naif, que no tiene ningún valor literario, que es un atentado al buen gusto, que no representa a la España del siglo XXI sino a una España del pasado a ritmo de bolero. Sospecho que con cualquier otra letra nos ocurriría lo mismo y provocaría nuevos argumentos para la división y el enfrentamiento. ¡Vaya ganas de crear polémicas absurdas e innecesarias! España no necesita letra para su himno. Si me apuran, no necesita himno. Cada vez que escucho a las masas inflarse como globos y cantar himnos me da muy mal rollo. No consigo entender el concepto que defienden algunos de patria y la obsesión que tienen con sus símbolos. Para mí, la patria está en mi gente y, como dijo Manolo García, mi patria está donde me lleven mis zapatos. Cualquier otra defensa de ciertos símbolos me suena, a estas alturas de la película, en mitad de un mundo globalizado, a amenaza y gresca. Tanto acusar de anacrónicos a catalanes y a vascos por hablar de patria y de símbolos y ahora salimos nosotros con lo mismo. No paramos de luchar contra el nacionalismo exacerbado y no cesamos en el empeño de engordarlo. Los himnos, según lo veo yo, sólo sirven para enaltecer los nacionalismos y los nacionalismos son la causa de la mayor parte de las guerras. Y si necesitamos un himno, por favor que lo dejen como está. A la Marcha Granadera no se le puede poner letra porque sería algo completamente forzado. Si quieren letra e himno nuevo, hagan una especie de ‘Operación Himno’, con Manolo, el del bombo, en el jurado. Joaquín Sabina ha recogido ya algunas ideas en sus ‘Anteproyectos de letra para el himno nacional (con perdón)’. Hay, además, propuestas interesantes como las de Leonardo Dantés y las de Gomaespuma. Yo votaría por que nos dejaran el chunda-chunda aunque no hay que desdeñar las opciones de ‘Suspiros de España’ y, sobre todo, de ‘Paquito el Chocolatero’. Ah, y ya puestos, se podría añadir una coreografía. Quedarían muy monos los chicos del fútbol en plan Ballet Zoom. Y es que, todo esto de una letra para el himno es una broma, ¿no?