Publicado en El Norte de Castilla el 17 de enero de 2020
Hablando con Alejandro Cuevas sobre su última novela, la fantástica “Mi corazón visto desde el espacio”, me convence (tampoco necesita mucho para hacerlo) de que estamos fuera de juego, en otra onda, out, como dirían los guays. Me recomienda que vea un vídeo de una cantante, bendecida como la reina del trap, para que me entere de una vez de los derroteros que ha tomado la música y la poesía urbana de este país. La Zowi es su nombre y “Bitch Mode” el título de la canción. “Salgo pa’ la calle con los rulos, leggins apretaos pa’ que se marque el culo”. Empezamos bien. En el vídeo una docena de chonis poligoneras y cutres que van de malotas perrean alrededor de un descapotable. Alguna centrifuga el trasero con tal violencia que te acabas estresando y pidiendo a voces que le hagan un exorcismo. Hablan de que sus casas son puntos de cocaína y que fuman con los niños en la esquina (para rimar con cocaína, claro) antes de que dos de las chonis acaben a guantazos por un porro mientras La Zowi repite la palabra puta como un mantra. 21 veces en apenas tres minutos. ¿Alguien da más? Pues sí, ella misma. Tiene otro tema titulado “Putas” (¿cómo no?) en que la dichosa palabra se convierte en sostén de la canción. Hasta 56 veces. Todo en un contexto muy poético. “I fell in love with puta, sabes que mi bunny está tight, sabes que mi molly, papi, te pone high”. Bueno, ella aclara: “esto es música pa’putas y pa’gangsters na’ más”. Dicen que es lo que se lleva. El trap. Voces mecanizadas y reivindicación del puterío, la violencia y las drogas. Imágenes de porno atrezzo. Soft-perreo. Poligoneras fumando porros y bebiendo monster con ron mientras visten ropa imitación de grandes marcas. Algunos se quejan del abuso del autotune pero eso es mejor a que te metan cuchillas por las orejas con sus voces. O con sus versos: “Libera el estrés, tráete una puta y lo hacemos los tres”. O mejor aún: “Papito, quédate a comer sofrito, vamos a hacerlo y a fumar porritos”. Y el no va más: “Todo lo que toco se convierte en oro, me voy a comprar una cadena que me llegue al toto”. Toma, Neruda, in your face. Y es que las dos bombas atómicas no fueron suficientes. Que tiren la tercera de una vez. Bueno, no me hagan caso. Yo me quedé en Pink Floyd y en Lorca. Además, en todas las épocas la gente ha criticado la música del momento. Le pasó a Elvis. Y a los Beatles. Y a los Sex Pistols. Aun así, si alguien tiene conocimientos médicos que me ayude a parar esta hemorragia en el oído.