Me he pasado la mitad del verano con este tipo.
Hyeronimus Bosch es su nombre (sí, Hyeronimus Bosch, con eso me tenía ganado de antemano), aunque todos le llaman Harry.
Un policía de Los Ángeles, un detective de la vieja escuela, tan recto como indisciplinado.
7 temporadas.
68 capítulos.
Bosch es una versión actualizada del personaje literario creado por Michael Connelly.
Una serie policial impecable que recoge la esencia del noir más clásico.
Todo en ella se acerca a la excelencia.
Desde la increíble interpretación de Titus Welliver hasta los fantásticos títulos de crédito con canción de espíritu setentero, pasando por un plantel de secundarios en estado de gracia (mención especial para una resucitada Mimi Rogers) y por tramas y subtramas excelentemente engarzadas.
Destacan, entre crimen y crimen, el acercamiento humano a las víctimas, la crítica de un sistema podrido, la enternecedora relación de Bosch con su hija o los momentos nocturnos de paz con música de jazz de fondo cuando el protagonista pone un vinilo en el tocadiscos y nos regala una visión panorámica increíble de Los Ángeles, la misma que se puede ver desde su alucinante casa.
En fin, una serie imprescindible.
Ah, y se anuncia spin-off…