Publicado en El Norte de Castilla el 24 de febrero de 2022
La congresista Marjorie Taylor Greene prefiere ser conocida como MTG, quizá porque no sepa ni pronunciar su nombre. Estos días ha saltado a la palestra al confundir en una entrevista a la Gestapo con el gazpacho. Mientras comparaba la cárcel de Washington con un gulag se vino arriba y dijo que Nancy Pelosi había llenado el Capitolio de policía del gazpacho. El cachondeo en las redes ha resultado épico. Que si le vendría bien un vasito de Gestapo, que si las latas del FBI asturiana son riquísimas, que si la culpa de la violencia es de la vichyssoise. Menudencias para el currículum de esta psicópata. Porque esto del gazpacho es lo más inane que ha salido de su boca de garrula ignorante. MTG es racista, homófoba, conspiranoica radical, amante de las armas y una perfecta representante de la ultraderecha. Una negacionista que presume de no vacunarse y de deber miles de dólares en multas por no ponerse la mascarilla (aunque posee acciones en tres farmacéuticas que venden vacunas) y que ha comparado las medidas sanitarias con los horrores del Holocausto. Afirma que los demócratas pertenecen a una secta satánica pedófila y que los incendios de California son provocados por láseres judíos que mandan desde satélites. Su jefe mandaba beber lejía y ahora ella se siente espiada por una sopa de tomate y pepino. Es el nivel del trumpismo cutre y ultra, o sea de la extrema derecha. Odio, cuñadismo y fake-news nivel 10. Antes de reírnos, recordemos que en gente como MTG se inspira la extrema derecha de bulos y bulerías. Menos mal que en España la extrema derecha no tiene votantes. Oops.