“Llegaban hasta ella, con nítida claridad, los sonidos más vulgares, en los que antes nunca se fijó: el gotear de los grifos mal cerrados, los pasos del jardinero sobre la gravilla del jardín, el chirriar de las lejanas puertas al final de los pasillos. A través de los cristales de la ventana cerrada penetraba la luz lívida de la noche. Esta noche había luna, una luna espectral que dibujaba extraños reflejos en el fondo de las habitaciones”.
Magda es una joven que ha pasado algunos años en una institución de salud mental. Aparentemente, está curada. Ahora acaba de perder a Percy, su prometido. En el funeral, ella habla con él. Cree que está vivo. Los que están a su alrededor temen por su salud. El ataúd de Percy, que era marine, es arrojado al fondo del mar desde el destructor ZV-26. Un amigo de Percy, Clive Sanders, se encarga de todos los trámites.
Magda regresa al colegio en el que trabaja, un colegio situado en un tétrico lugar, junto a un cementerio. Allí, aparentemente, sigue comunicándose con Percy. Su prometido la cita por la noche, pero aparece una compañera de Magda que es asesinada. Unos días después, se repite la misma escena: Percy (aparentemente) vuelve a citar a Magda, y cuando se presenta, otra mujer es asesinada. En ambos casos, pocos segundos después de los asesinatos, aparece por allí Clive Sanders.
La situación para Magda es cada vez más complicada: los que la rodean piensan que se ha vuelto loca y, ahora, encima está involucrada en dos asesinatos. Clive Sanders encierra a Magda en una habitación. Le dice que es para protegerla. Sin embargo, Magda se comunica con Percy y se escapa para ir a su encuentro. Entonces, Clive Sanders vuelve a aparecer… Magda confiesa que todo ha sido un plan milimétricamente calculado por Percy, quien ha vendido a un país extranjero unos secretos de estado. Para evitar que los servicios de inteligencia le persigan por todo el planeta ha simulado su muerte. Un médico cómplice, el doctor Kinsey, ha firmado el acta de defunción… ¿Está Magda loca? ¿Está Percy vivo? ¿Quién es realmente Clive Sanders? ¿Quiénes conocían el plan de Percy? Para ello hay que leer el final de “El séptimo sello” porque, como ocurre siempre, Silver Kane tiene guardado un as en la manga.