Hoy, precisamente 3 de junio, se cumplen exactamente 480 días desde que colgué, en “El faro de Aqualung”, el post titulado “Me acuerdo” y, claro, me acuerdo de que son 480 anotaciones breves (todas ellas iniciadas con el socorrido “me acuerdo”) las que componen el genial e inclasificable libro de Georges Perec. Desde entonces, 480 días después, han llegado a este blog la friolera de 650 comentarios con hasta 849 “me acuerdos”. Es hora de dar las gracias a todos aquellos que han contribuido a este proyecto tan hermoso e insolente, que empezó como un juego y que ha acabado convirtiéndose para mí en una obsesión y, desde ya, en un compromiso que espero cumplir alguna vez: seleccionar 480 de estos regalos-comentarios-recuerdos y editar nuestro particular “Me acuerdo” local. Al igual que en el “Je me souviens” original se deslizaba por sus páginas juguetonamente un fascinante recorrido por la memoria particular y colectiva de los franceses, los recuerdos que generosamente algunos han ido regalando a este blog forman también parte (¡y de qué manera!) de nuestra memoria. Leyéndolos, uno viaja de recuerdo en recuerdo. De hecho, resultaba muy curioso ver cómo alguien comenzaba a hablar de un tema e, inmediatamente, otra persona escribía un recuerdo sobre el mismo tema, enlazando ideas y memoria. Ahora ya sólo nos hace falta un editor valiente. El libro que hemos escrito entre todos se lo merece. Mientras tanto, seguiré escribiendo “me acuerdos”. Como comentamos en el anterior post, muchos recuerdos son transferibles y la literatura, en esencia, es eso: ofrecer memoria y compartir recuerdos. Hoy, por ejemplo, podría escribir muchas cosas y acordarme de otras tantas. Y, sin embargo, sólo me acuerdo,