Un general retirado del antiguo ejército austro-húngaro se prepara en su mansión para recibir a un íntimo amigo tras estar separados 41 años. A lo largo de una intensa noche, conoceremos su historia personal de amistad y el conflicto por una mujer (siempre hay una mujer). De hecho, la novela es la recreación de ese encuentro entre dos amigos y el recuerdo de una mujer inolvidable. Con una prosa deslumbrante que bascula prodigiosamente entre la concisión y la belleza poética, salpicada de descripciones precisas y minuciosas, Sandor Marai nos regala una preciosa reflexión sobre la amistad y los amores perdidos en la que se confunden temas universales como la venganza, la pasión, el desengaño, la culpabilidad, la desesperación, el dolor, la traición o la muerte.

Con “El último encuentro” aprendemos muchas cosas. Por ejemplo, que nada importa en la vida sino el recuerdo de una mujer y lo que queda de él en nuestros corazones. Que el amor siempre acaba significando deseos, recelos y una soledad desgarradora. Que la pasión no conoce el lenguaje de la razón. Que todas las grandes pasiones son desesperadas porque no tienen ninguna esperanza. Que el sentido de la vida no es otro que la pasión, una pasión que un día colma nuestro corazón, nuestra alma y nuestro cuerpo y que después arde para siempre. Que si hemos vivido esa pasión, en fin, tal vez no hayamos vivido en vano.