Es inevitable que alguien me llame diciendo: ¿Chris, qué te parece la luna? Y yo le diga algo amable como: sí, una noche maravillosa para bailar a la luz de la luna… o, me pregunto qué harán los enamorados esta noche. Pero, en vista de las vueltas que hemos dado en la cama estas últimas noches por miedo a dónde podrían llevarnos nuestros sueños, no estoy dispuesto a fingir que “El Hombre de la luna” está vigilando nuestros intereses. De ninguna forma. ¡Es demasiado bromista! Hasta que ese grandullón haga la maleta y se marche, guardad los utensilios afilados y quedaos cerca de alguien querido, si tenéis la suerte de tenerlo… Nos veremos por la mañana amigos. O a la luz de la luna. Lo que ocurra primero.