Todavía no habíamos visto a la musa de la vanguardia brasileña, a la princesa de la samba y la bossanova, a sua majestade Marisa Monte. Han dicho de ella que tiene auroras na garganta, que su canto es amoroso, pessoal e intransferivelm, que su rostro no es de este tiempo, que es un camafeo victoriano. Con su rouge intenso sobre su característica piel pálida, parece una Venus de Botticelli que no deja de regalarnos un particular universo de delicadeza en forma de bellísimas canciones que nos remiten a la eterna letanía: da noite na cama eu fico pensando se você me ama. En el año 2000 lanzó “Memorias, crónicas y declaraciones de amor”, del que vendió más de un millón de copias. Una de las muchas perlas de ese imprescindible disco es esta “Nao e facil”, un viaje ascético por la saudade interior de Marisa Monte que me ha permitido volver a ejercer mi amado papel de traductor infiel:
No es fácil pensar en ti. No es fácil, es extraño. No es fácil no contarte mis planes, no encontrarte mientras me tomo el café. No es fácil. Tengo que aprender. No es fácil no saber por dónde andas, no saber dónde estás. Siempre que salgo a la calle me preparo para volverte a ver. No es fácil porque no consigo olvidar. No es fácil seguir pensando en ti.