Escribo el mismo día de Reyes. Yo sólo les había pedido que la crisis provocada por los capitalistas la pagaran ellos (los capitalistas, no los Reyes Magos). En los últimos días, había añadido otro deseo. Veo en la televisión una pintada en territorio israelí que reza: «Palestinos a la cámara de gas». Curioso, paradójico y terrible, ¿no? Al tiempo, asisto horrorizado a las imágenes de los brutales bombardeos sobre Gaza. Acaban de decir que dos proyectiles han causado más de cuarenta muertos en dos escuelas de la ONU mientras atacan ambulancias, impiden coger a heridos y lanzan misiles contra los hospitales. ¿Cómo es posible que un pueblo como el judío, víctima de todo tipo de limpiezas étnicas y a punto de ser exterminado por el genocidio nazi, pueda masacrar y exterminar al pueblo palestino de esta manera? Veo imágenes y leo declaraciones de la gente que está sitiada. Más de 600 personas han muerto. La mayoría, civiles. Los que sobreviven, lo hacen en un infierno. Los niños están aterrorizados. Cuando oyen volar los F-16 empiezan a gritar. Sólo oyen bombas, helicópteros, aviones. Los médicos operan bajo una escalera y a oscuras. No hay comida ni medicamentos. Por la noche, se mueren de frío, con los cristales rotos y sin combustible para los generadores. Los niños mueren por decenas. El resultado, todo el mundo lo sabe, será más fanatismo. A pesar de ello, las condenas son tibias para que no se moleste Israel (ni siquiera los países árabes se pronuncian con rotundidad). Ya sabemos que Hamas lanzó misiles y granadas a territorio israelí. Sabemos que un puñado de suicidas perpetraron atentados con bomba en calles, restaurantes y autobuses de Israel en los que murieron muchos inocentes. Nadie defiende a los terroristas pero la reacción de Israel está siendo tan salvaje, desproporcionada e inhumana que produce náuseas. Gaza era una cárcel al aire libre antes de la invasión. Ahora no permiten la presencia de periodistas ni de ayuda humanitaria. La población civil sufre un genocida bloqueo por tierra, mar y aire. Israel, con el criminal apoyo de EE. UU., se sigue cachondeando de las Naciones Unidas. Algunos nos quieren hacer creer todavía que no había otra solución. Es falso que el mejor ejército del mundo quiera acabar con Hamás. Si así fuese lo haría sin problemas, a través de sus tropas de asalto y de asesinatos selectivos. Ellos encontraron en los confines del mundo a criminales nazis. Hacerse con los líderes de Hamás sería mucho más sencillo. En vez de eso, lanzan bombas de fósforo y de racimo y matan a todo lo que se mueve con la excusa de que aplican ‘seguridad’. El mismo día en que una lluvia de misiles cayó sobre Gaza y mató a 250 personas, Condoleezza Rice declaró: «Nosotros condenamos firmemente el ataque sobre Israel y hacemos responsable a Hamas». ¿Cabe mayor cinismo? Bush se va como empezó: entre mentiras y manipulación. Le quedan pocos días pero es capaz de pactar con Belcebú y sentarse tranquilamente a ver el espectáculo. Una guerra en directo. Coged las palomitas y apagad el móvil. La sinopsis dice que el ejército israelí busca armas de destrucción masiva en un hospital palestino. Los Reyes Magos regresan a Oriente. Que no les caiga una bomba encima.