EL CLUB DEL CHISTE
El humor es tan imprevisible que puede aparecer en cualquier callejón oscuro. Ciertos platós de televisión dan mucho juego. Allí, algunos ‘frikis’ encorbatados y engominados se encuentran a sus anchas con público fiel y compañeros de mesa propensos a la risa fácil. Unos correos cruzados me han descubierto al nuevo cachondo catódico. Actúa en una cadena que se está poniendo muy de moda porque en ella juegan a ver quién dice la mayor burrada. De hecho, hace unos días se le ha impuesto una multa de cien mil euros por emitir reiteradamente un anuncio homófobo de pésimo gusto en el que festejaban los ‘364 días de orgullo de la gente normal y corriente’. En ese mismo lugar, el contertulio estrella llamó a la Consejera de Salud de la Generalitat «zorra» y «puerca» entre otras lindezas. Días después, tras el escándalo y ante el temor a posibles multas, llegó el arrepentimiento impostado escenificado al grito de que él es «hombre y católico». Va a dar lo mismo. El azote de Zapatero y «su banda de mohammeds, homosexuales, pensionistas y progres de la hoz y el martillo» va a seguir triunfando en su particular coso. La España retrógrada, xenófoba, criptofranquista y reaccionaria mueve muchos votos. Antes de esos lamentables ejemplos el ‘hombre y católico’ había llamado a Gala «maricona vieja» y «ligón de efebos en Chueca», había puesto a caldo a los Borbones, había solicitado matarile para Txapote y su «puta madre» y había llamado maricón a Zerolo pidiendo, de paso, que se paseara por Tel Aviv con tutú, medias de ballet y la bandera del arcoiris por encima de los hombros. Los perros del odio en forma de eructos televisivos. Eso sí, excusa sus exabruptos diciendo que se limita a utilizar las palabras castellanas en su aspecto definitorio, como «las utilizaba Quevedo» La última andanada del ‘hombre y católico’ ha ido contra los huelguistas del Metro madrileño a los que acusa de parar la huelga y abrir el Metro «para que un sodomita pueda subirse a su carroza con un tanga y una gorra de las SS» el Día del Orgullo Gay. Lo dicho: el club del chiste. Sería gracioso si no resultase peligroso. Y es que este tipo de declaraciones responde a una forma de pensar. ¿Qué harían estas personas si tuvieran poder? ¿Quién está detrás de ellos? Estaría bien saberlo, aunque todos lo sospechamos.