Publicado en El Norte de Castilla el 22 de julio de 2010
Me preguntan por la Semana Negra. Lo hacen a menudo. Sobre todo en estas fechas, en las que los periódicos escupen las últimas genialidades y extravagancias del festival literario más importante e irreverente que conozco. En la presentación, Paco Ignacio Taibo II, el sheriff de la SN, jefe de un inigualable circo de tres pistas, lo dejó bien claro: “en tiempos oscuros la literatura parece ser el único lugar donde se produce pensamiento crítico y pensamiento utópico. Donde fracasa la geografía. la novela descubre paisajes, nuevas fronteras, atmósferas urbanas….donde la información genera ruido mediático la novela crea planos narrativos, profundidad, subjetividad, visión de conjunto. Donde las ciencias sociales tradicionales ignoran, la novela inventa la Atlántida. El mundo es complejo, se ha vuelto más complejo, la novela es capaz de enfrentarlo”. La Disneylandia para niños trotskistas está más viva que nunca y se enfrenta a la crisis con imaginación. De eso les sobra. No necesitan escritores nórdicos ni vampiros enamoradizos. La SN no entiende de modas. Los nórdicos y los vampiros ya protagonizaron, cuando nadie hablaba de ellos, ediciones anteriores. La SN ha apostado, como siempre, por el mestizaje y la originalidad. 152 participantes (de catorce países) y 217 actos organizados han dado para mucho. Historias de la mafia rusa y de la guerra de los bóxers, un jefe de seguridad del gobierno cubano ahora escritor de éxito, la Atlántida, zombies, tertulias literarias más productivas que pasar una hora con el psiquiatra, el 30 aniversario de Tony Romano (Juan Madrid nos animó a contar la historia de los que no tienen voz, de las chóferes, de las putas, de los porteros), exposiciones originales de cómic, el exitoso desembarco de autores andaluces y argentinos, música de Chopin y versos de medianoche. Todo presidido en la carpa principal por la famosa escultura que hizo en 1965 el artista Leon Ferrari, “La civilización occidental y cristiana”, un Cristo de santería crucificado sobre el chasis de un avión FH 107, ambos suspendidos en el aire, como en amenazante caída. Además, por si todo ello no fuese suficiente, una desternillante adaptación de “La venganza de Don Mendo” interpretada por algunos de nuestros mejores novelistas. ¿Alguien da más? La Semana Negra continúa.