Había una canción años ha, que decía: Por qué, por qué… los domingos por el fútbol me abandonas?
Pues eso, entonces eran los domingos, ahora ya cualquier día de la semana, con lo cual somos un poco las eternas abandonadas, excepción de las que nos gusta el fútbol, que vamos detrás para ver el ambiente de turno y el gol de nuestro equipo favorito.
Lo de detrás va un poco en broma, porque en ocasiones soy yo la que va por delante de mi “compa” y padre de mis hijos más que nada porque me entero antes que él.
Dicho esto, la verdad es que últimamente recuerdo un poco aquellos tiempos en que ese balón en el campo era la anestesia de todos nosotros, recuerdo que en mi trabajo los lunes y los martes por las secuelas, sólo había eso, no se hablaba de mucho más.
No había botellón, no existía, al menos declarado, el mundo gay, la píldora era para unas pocas que podían conseguirla, y hacer el amor con “tu chico” era misión casi imposible, he dicho “casi”, menos mal que los asientos traseros de los coches no hablan. Eso era la prehistoria ¿verdad?, debo ser un dinosaurio J
Bueno, a lo que voy, que me pierdo como siempre, es mejor que nos guste el fútbol, es mejor de verdad, porque de otra manera estaremos tiradas como colillas en cuantito una pelota corra por un césped de un verde precioso y unos cuantos que suelen ganar una pasta gansa, se peleen por la portería contraria.
Claro que podemos elegir otra opción, amigas mías, salir raudas y veloces de compras y dejarles la tele sólo para ellos -eso sería la ruina de cualquier futbolero- , bingo… ligar con otro, o quedarnos en casa haciendo ganchillo, cosa que no aconsejo, que luego se acostumbran. También queda la opción de quedarse en casa leyendo un libro, ir al cine, escribir poesía, meterse en la red. Estas últimas creo que mejor que las anteriores, será por tener donde elegir durante noventa minutos o toda una tarde…
Pero mejor dejamos eso, mejor no damos ideas, mejor les esperamos a la salida del partido si no queremos ir al campo, o compartimos el partido televisado, los comentarios, el cabreo, el vino con los amigos. Para todo lo demás seguro tenemos tiempo, será por tiempo.
Y todas estas chorradas que estoy escribiendo hoy (quizá no tantas, chorradas, quiero decir) vienen a cuento de los clásicos, de las sanciones, de los árbitros, de un entrenador portugués y otro catalán que ha calentado el ambiente antes de que la pelota, pobrecita mía, haya siquiera esnifado las rayas del campo.
O sea, vengo a decir a cuento de todo esto, que creo que hasta los que no les gusta el fútbol seguro se saben las últimas polémicas, los últimos desmanes y la última vergüenza de los que ganan cantidades indecentes de dinero, mientras que otros equipos no tienen la misma suerte, aunque supongo los de primera división no estarán en la cola del banco de alimentos ninguno de ellos.
Y como es primavera y no estoy muy allá, pues me he tomado este escrito como una terapia, así que no me hagáis mucho caso. :)
Siempre nos quedarán el fútbol y las bodas reales o imaginarias.
Saludos blogueros míos.