El día que ‘Purito’ saltó a la fama sin querer
Todo estaba listo. Los corredores salían de Cangas de Onís en dirección a Santander, la tierra que había visto crecer a Isidro Nozal, y la capital cántabra se preparaba para coronar a su hijo pródigo. Era la ronda de 2003 y la Vuelta a España esperaba vestir de amarillo al corredor que todos querían.