Hace ya unos días que lei Scott Pilgrim y desde entonces estoy un poco preocupada sobre cómo hacer la reseña. Es complicado porque el cómic de Bryan Lee O’Malley, es indefinible, así que tendré que pensar un poco, a ver… podría servir la fórmula comedia romántica + cultura pop (videojuegos 2D, música indie, manga, películas, series) + juego de rol + Style of life. Bueno, no es mi mejor deficinión pero no se ocurre otra. Ni si quiera se si es cómic o si realmente es manga. Eso es lo de menos.
Resumo un poquito de que va la cosa. Scott Pilgrim – que además de un tema de la banda canadiense Plumtree – es un chaval de 23 años vago como él solo así que aunque ya ha acabado la Universidad no hace nada con su vida. Sale con una chavalina de 17 años llamada Knives Chau que le adora. Vive con Wallace, un gay (con una mala leche divertidísima) con el que comparte gastos (es un decir, Wallace paga y él le hace compañía) y cama (para dormir, mal pensados). También es el bajista en una banda llamada Sex Bob-omb (Sí, como la bomba andante del Supermario).
Una vida normal, incluso aburrida… hasta que aparece Ramona Flowers que debe su nombre a un tema de Frank Black, vocalista de los Pixies.
Creo que su autor literaliza deliberadamente las relaciones de pareja. Cuando empiezas a conocer a alguien no sabes nada de él (o ella) y tienes que ir averiguando poco a poco. Si eres capaz de enfrentarse a su pasado y sobre todo a sus ex parejas la relación saldrá bien. Y ahí está dónde el canadiense da la clave y es que cuando Scott Pilgrim comienza a salir con la neoyorkina superguay Ramona Flowers (trabaja de mensajera para amazon.ca) se tiene que enfrentar a sus 7 ex malvados. Sí, se enfrenta a ellos literalmente y en cada enfrentamiento va subiendo de nivel, al más puro estilo videojueguil.
Es en esas peleas dónde las referencias a los videojuegos son evidentes: Street Figthter, Mortal Combat y Tekken son juegos de peleas pero también se pueden sacar por ahí Final Fantasy (no me preguntéis por la versión) Supermario II, Zelda y muchos otros que ni siquiera me atrevo a imaginar.
Tampoco debemos olvidar a las ex-novias, o lo que sean, de Scott. Cierto que Ramona no se tiene que enfrentar a ellas, al menos literalmente, pero ahí están. A parte de Knives, que con ese nombre tiene su crisis asesina correspondiente, por ahí anda Kim, que toca la batería en el grupo de Scott y que fue su pareja en el instituto hasta que éste se marchó a vivir a Toronto. Pero sin duda la ex que más brilla es Natalie (Envy) Adams que partió el corazón a Scott y vuelve reconvertida en una estrella indie emergente. Envy es la cantante de ‘Clash at Demonhead‘ que toma su nombre de un videojuego.
Que el cómic esté lleno de medio ninjas y katanas no deja de tener su gracia, sobre todo si tenemos en cuenta que el estilo de dibujo del autor se asemeja muy mucho al manga. No son solo los ojos grandes y las formas redondeadas. Es la forma de construir la viñetas, como se superponen y se invaden unas a otras, las onomatopeyas y la sensación de movimiento.
Se nombran muchas comidas exóticas, sobre todo comida asiática y dentro de la asiática la japonesa. Wallace invita a comer a Scott varias veces, siempre platos exóticos y elaborados. Ideales para un snob como él.
Se podría decir que Scott Pilgrim es el Don Quijote del Siglo XXI. Al fin y al cabo todo es un videojuego que parodia, lo mismo que hizo Cervantes con las novelas de caballería. Si te gustan los videojuegos pelín retro y la música independiente te lo puedes pasar mejor que bien con este cómic.
Nuevo ítem. Una nueva pelea
Referencia a Supermario
Referencia a Monkey Island
– MEG –