Hoy me he despertado, como tantos otros, con la noticia de que Mafalda cumplía hoy 50 años. Vamos, que ya es toda una señora. O una indignada de 50 años como he leído por ahí. Al parecer Mafalda no cumple hoy los 50, sino que le quedan un par más según ha publicado el propio Quino en su web. El 29 de septiembre de 1964 se publicaba por primera vez una tira de Mafalda en la revista Primera Plana. La leyenda urbana cuenta (bueno, es verdad, pero queda bonito lo de leyenda urbana) que Mafalda fue un intento fallido de vender lavadoras. Vamos, que era una publicidad que pretendía vender electrodomésticos pero que no tuvo éxito y nunca sirvió a su causa.
A partir de ahí Quino creó a esta niña que dice lo que sus padres no se atrevieron a decir y que vio como nunca falta un roto para un descosido cuando nació su hermano Guille. A Mafalda le acompañan sus amigos del colegio: una pragmática Susanita obsesionada con ser esposa y madre, Manolito, el hijo del tendero, el representante del capitalismo absoluto, Miguelito es el soñador sin remdio, el que persigue el imposible y Libertad la más pequeña y la última en llegar siempre dice lo que piensa y según su creador es la libertad de expresión encarnada. Por supuesto, quedan sus pacientes padres, principales objetivos de su verbo florido y de sus lapidarias frases. Tanto Alberto como Raquel (parece que esos son sus nombres) son unos adultos estándar de los años sesenta. El padre es un oficinista que vive su rutina con mucho conformismo. La madre es el ama de casa que lava, cocina y cuida de los hijos sin más satisfacción que ver feliz a su familia. Mafalda tiene sus filias y sus fobias. Odia la sopa, por supuesto, le encantan, los panqueques, el Pájaro Loco -a mi también- y los Beatles.
A mi Mafalda me llegó a través de mi madre. Siempre le ha encantada así que una Navidad le compramos un libraco recopilatorio que, al final la primera que se leyó fui yo. Hay tiras realmente míticas pero a mi la que más me ha gustado siempre ha sido una que no he conseguido encontrar en Internet. Mafalda se pone un jersey al lado del globo terráqueo que tan buenas conversaciones provoca. Al ponérselo le da con el brazo y lo tira de la mesa. “Podrían decirse muchas cosas, pero hoy no tengo ganas”. No hay más palabras en las viñetas y tampoco hacen falta. Esta tira ha estado presidiendo mi habitación durante años hasta que se despegó.
Mafalda es el ejemplo de que las cosas no cambian, que todas las tiras y digo TODAS se pueden aplicar casi al pie de la letra a la situación actual. Mafalda hubiera acampado en Sol y hubiera agitado pancartas. Ella es el idealismo y la Utopía llevada a la acidez en un tiempo en el que distintas guerras y una crisis económica azotaban el mundo. Por eso de que la realidad duele y que los niños siempre dicen la verdad y Mafalda dice más verdades que la mayoría de los niños es todo un icono. Y aunque no sea su cumpleaños siempre está bien felicitar a uno de los personajes de historieta más grandes de la historia.
P. D. Me extrañaba a mi que Google no hiciera doodle de esto…