Alfonso Zapico ganó en 2012 el Premio Nacional de Cómic por Dublinés, una novela gráfica que cuenta de manera, ágil y divertida la vida de James Joyce, autor de ‘Ulysses‘, entre otras obras. Zapico no solo narra la vida del autor irlandés sino que alegra su cómic con numerosas anécdotas y sus encuentros (y desencuentros) con otros escritores de su generación como H. G. Welles, Hemingway, Virginia Woolf, Samuel Beckett, Bernard Shaw, Proust y hasta Lenin.
No he leído ‘Ulysses’ ni creo que lo haga pero no hace falta para disfrutar esta obra. Es verdad que si además eres uno de esos que celebra el ‘Bloomsday‘ (16 de junio) supongo que gustará todavía más. A Dublinés lo acompaña una guía de viaje, llamada ‘La ruta Joyce‘, un ‘making-off’ de este cómic que llevó a su autor dos años de trabajo. Mucho de ese tiempo se lo dedicó a la documentación. Es su entrega a ese periodo a lo que dedica ‘La ruta Joyce‘ con viaje en tren incluido.
La verdad es que Zapico eligió a Joyce porque le apasionaba como autor, pero también le apasionaba su vida y su forma de ser. No es para menos. La existencia de Joyce fue digna de un genio. Prostitutas, juergas, mucho alcohol, un amor loco para toda la vida, enfermedad, la ruina constante (no importa el dinero que tuviera ni los mecenas que lo apoyaran) y un gran sentido del humor que se contagia a ‘Dublinés‘.
Joyce fue un genio egoísta que interponía sus deseos y sableaba a sus amigos sin piedad. Un hombre excéntrico capaz de contar sus aventuras sexuales más obscenas a una mujer a la que pretendía. Alguien que comenzó su relación con la que fuera el amor de su vida, Nora, por una apuesta.
‘Dublinés’ se divide en siete capítulos en los que recorremos las distintas ciudades en las que vivió Joyce: Dublín, Trieste, Zurich y París. Su familia, formada por 10 hermanos de los que él era el mayor, su madre, una católica fervorosa y su padre un alcohólico muy fervoroso, también pero que convirtió a su hijo mayor en el favorito ya que se parecían mucho en varios aspectos.
Conocemos a Nora pero también con el tiempo, a sus hijos, Giorgio y Lucía (la pobre tuvo esquizofrenia) así como a sus amigos. A los que conservó durante toda su vida, a los que no, a los que iban y venían y a los que no le quería todo lo que se podría esperar de un amigo.
Por supuesto, también sabemos detalles del desarrollo de su obra literaria y sus esfuerzos porque se publicase o representase en teatro (‘Exile‘), el proceso creativo y las trabas judiciales y de censura sobre la mayor parte de su obra. También la lucha ‘antipiratería’ que inició en EE.UU. ante la publicación ilegal en este país de ‘Ulysses‘, causa a la que se unieron otros contemporáneos suyos, incluyendo a Gómez de la Serna y Unamuno.
Toda su vida quiso ser un escritor famoso y lo consiguió. ‘Ulysses‘ se convirtió desde su primera edición (con unas libreras amigas suyas) en un signo de distinción y ‘esnobismo’ para la clase superior económicamente que también lo era intelectualmente. Esta primera edición estuvo reservada, entre otros por Churchill. La segunda remesa se vendió en unos pocos días.
Alfonso Zapico trabajó durante 2010 en la Maison des auteurs en Angouleme (capital del cómic francés) con una beca de la Alhóndiga de Bilbao conseguida gracias al proyecto ‘Dublinés‘. Su fin era hacer un cómic accesible y fácil de leer para todos, algo que ha conseguido, no como la obra de Joyce, aunque a él seguro que no le importa.
Título: Dublinés
Autor: Alfonso Zapico
Ilustraciones: Alfonso Zapico
Editorial: Astiberri
Edición: Cartoné
Páginas: 300
Precio: 18 euros
ISBN: 9788415163046