En un recorrido por los aparcamientos de motos del centro (el resultado lo podrán ver en breve) nos topamos con un agente de la ORA. “Están en ello”, nos asegura, “en hacer pagar a las motos por aparcar en zona azul”. Y cuenta que son muchos los conductores que le piden que multe a las motos que estacionan en zona azul. “Sobre todo cuando aparcan mal”.
Este es otro de los problemas cuando las plazas de aparcamiento para motos son escasas. A un compañero, el otro día, un policía municipal le indicó que aparcara la moto en zona azul. “Pero si en la acera, en este rincón, no molesto a nadie, y ahí quito sitio a los coches”. “Usted no se preocupe de eso”, le respondió.
Bien, aparquemos las motos en zona azul. ¿Cómo? Lo normal es hacerlo intentando ocupar el menor sitio posible, por puro sentido cívico. Ocurre entonces que muchos moteros, al ir a recoger sus vehículos, se los encuentran tirados en el suelo porque el coche que ha salido del aparcamiento no ha tenido el mínimo cuidado. Una simple caída de la moto parada puede suponer una avería importante de chapa, retrovisores rotos, cúpulas rajadas, etcétera. Así que hay moteros que, o bien se exponen a una multa dejándolas en la acera, o bien estacionan en línea en la zona azul, ocupando el mayor sitio posible.
Un problema de civismo en ambos sentidos y, por tanto, de complicada solución.