“La aventura del quinteto inacabado” es un pastiche sherlockiano de Santiago R. Santerbás que apareció, por primera vez, en Hiperión bajo el título “Tres pastiches victorianos” junto a otras dos novelas cortas (“El último viaje de Mr. Pickwick” y “Aventuras de Alicia en la cámara oscura” que, como fácilmente se deduce de sus títulos, exploran los mundos de Charles Dickens y Lewis Carroll respectivamente). Con posterioridad, “La aventura del quinteto inacabado” apareció en una extraña edición juvenil de Anaya con el título “Pickwick, Alicia y Holmes al otro lado del espejo”, junto a los otros dos pastiches citados.
Como uno es un enamorado y acérrimo defensor de la autonomía y excelencia de la novela corta, me permito el lujo de hacer lo que los editores no hacen casi nunca (obligando siempre a los autores a juntar tres o cuatro novelas cortas en un libro), y me inclino a reseñar “La aventura del quinteto inacabado” como obra independiente y como maravillosa novela corta que es.
En esta auténtica delicia de Santiago R. Santerbás, nos encontramos a Sherlock Holmes en París asistiendo a un concierto de su admirado Pablo Sarasate. Durante dicho concierto, se produce un hecho inesperado que obliga a su suspensión, ya que la pianista que acompaña a Sarasate cae fulminada. De inmediato, requieren la ayuda de Holmes quien inmediatamente sospecha que Mlle. Hahn, la pianista, ha sido asesinada. Comienza a partir de ese momento el show Holmes al que tan acostumbrado nos tiene el detective de Baker Street, siendo especialmente espectacular en esta ocasión la forma de resolver el misterio ya que lo hace interpretando él mismo la partitura que el quinteto debía de tocar esa noche en el escenario con el fin de demostrar que ha sido uno de los músicos del quinteto quien ha asesinado a la pianista.
Fantástica novela corta, memorable pastiche de Sherlock Holmes y una absoluta maravilla tanto por la historia que nos cuenta como por la forma de narrarla, con un estilo muy próximo al Canon y con una profusión de notas a pie de página que, lejos de entorpecer la acción del relato, resulta una aportación valiosísima a la historia y, sobre todo, al mundo holmesiano que tanto amamos muchos de nosotros.