Publicado en El Norte de Castilla el 29 de junio de 2018
Los titulares de los periódicos enseñan más de lo que parece. Por ejemplo, en qué tipo de sociedad nos estamos convirtiendo o hacia qué profunda sima nos dirigimos. El mismo día en el que se supo que la Audiencia de Navarra dejaba en libertad a los cinco miembros de la Manada hubo otros titulares que resultaron llamativos. Uno de ellos insistía en el repulsivo caso de los machirulos sevillanos (¿qué sería de San Fermín sin soltar por la calle a alguno de sus mejores cabestros?). El titular hacía referencia al profesor de la Universidad de Santiago que había denigrado a la víctima de La Manada (“ella disfrutó de la situación”, sostenía en un vídeo). La noticia era que la universidad le dejaba sin sanción aunque trasladaba el expediente a la Fiscalía. Otro titular de ese día tenía como protagonista al Ministro de Interior italiano, Matteo Salvini, por rechazar un nuevo barco con 250 inmigrantes, a los que no calificaba como personas sino como “cantidad de carne humana a bordo”, eso antes de, en plan chulesco, pedir que se llevaran dicha carga a España o Francia. No sé qué pensarán los italianos de tener una mierda humana dirigiendo de esa forma los destinos de su país. Ya están tardando en incendiar las calles. Salvo que sean de memoria frágil y estén de acuerdo con su política. En fin, el último titular de ese día hablaba de Ruperta, la elefanta más popular de Caracas, que había muerto de hambre. A algunos les parecerá frívolo mezclar un elefante con Salvini o con los miembros de La Manada. Y sí, efectivamente, es muy injusto comparar a un elefante con semejantes abortos de calamar. Desde ese día, hace casi una semana, las cosas no han cambiado mucho. Salvini continúa ventoseando, La Manada está a punto de convertirse en carne de reality y el mundo sigue a la deriva. Hasta ha aparecido un nuevo Ecce Homo de Borja. Ha sido en Estella donde un imbécil ha destrozado una escultura de San Jorge del siglo XVI. Estamos perdidos. Una valiosa policromía antigua cubierta con pintura y escayola. Un San Jorge convertido en un madelman y con más maquillaje que muchas chonis. Esto pasa por haberle reído las gracias al Ecce Homo de Borja, convertido en obra de arte meme y generador bastardo de peregrinos botarates. Lo siguiente será colorear el Guernica con Titanlux o los bisontes de Altamira con rotuladores Carioca. Se admiten apuestas.