CUATRO PUERTAS ROJAS
“Recuerdo muy bien la casa del abuelo tal como era antes, en los años en que Ketty, Sigrid y yo jugábamos frente a ella, entre los inmensos árboles. Recuerdo los enormes muros de piedra, las enredaderas que trepaban por ellos, los cristales emplomados y el aire siniestro que parecía flotar en torno a la casa. […]