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Vicente Álvarez

EL FARO DE AQUALUNG

MÁS ALLÁ DE LA LEYENDA

ellis3Publicado en el suplemento especial final Heineken de Liga de Rugby en El Norte de Castilla el 25 de mayo de 2019

Cuenta la leyenda que hace casi dos siglos un joven y rebelde estudiante de la Rugby School, en el condado de Warwickshire, disputaba un partido de fútbol cuando, en un lance del juego, recibió la pelota y, ante el asombro de todos, la cogió entre sus manos, la aplastó contra su pecho y echó a correr hacia adelante hasta adjudicarse el tanto. Dicen los entendidos que aquel gesto de William Webb Ellis constituye el punto cero de la historia del rugby y que al aplastar el balón de fútbol contra su corazón convirtió aquella pelota esférica en un balón con forma de huevo. Dicen esos mismos entendidos que la historia no deja de ser una leyenda y su historicidad es más que dudosa. Da lo mismo. Necesitamos de las leyendas. De hecho, la International Rugby Board la acepta oficialmente como primer antecedente del rugby moderno y, desde 1987, el trofeo que se entrega a los ganadores de la Copa del Mundo de Rugby lleva el nombre de Copa Webb Ellis. Por si fuera poco, en la Rugby School se alzó una estatua del joven Ellis y en 1985 descubrieron una placa que dice: “Esta piedra conmemora la proeza de William Webb Ellis que con indiferencia hacia las reglas del fútbol jugado en su tiempo, tomó la pelota en sus manos y corrió con ella, originando así el rasgo distintivo del juego del rugby”.

Eso es el pasado y la leyenda. Ahora viajemos al 2019 y a la más pura y efervescente realidad. Cuando hace años desembarcó en Pucela el ínclito Nacho Lewin puso encima de la mesa el proyecto de hacer un gran equipo de rugby fusionando al VRAC y a El Salvador. Durante unas semanas, fue el tema estrella en la ciudad. La gente estaba dividida pero, hablando con los protagonistas, lo veían imposible. Un exjugador me decía que eso era como hacer desaparecer al Betis y al Sevilla de fútbol para crear un nuevo equipo. Era prescindir de los duelos históricos, de un derby que es mucho más que un partido normal, era meter con calzador en el mismo lecho a los Stark y a los Lannister. Han pasado muchos años de aquello. Ahora ha aterrizado en la ciudad otro personaje mediático y ya han empezado a correr algunos rumores. El primero de ellos habla de un posible interés de Ronaldo por comprar el equipo de baloncesto. Otro rumor que está en el aire (aunque uno lo pone mucho en entredicho) es la posibilidad de hacer un gran equipo de rugby fusionando a los dos equipos de la ciudad. ¿Tendría sentido? Lo dice alguien que no entiende de rivalidades, alguien que va a asistir a la final del sábado sin importarle quien gane, alguien que es del Quesos y del Chami. ¿Es eso posible? He sido muchísimos años socio del VRAC pero estoy muy unido por diversos lazos a El Salvador. El domingo quiero que gane el mejor. El que más se lo merezca. En todo caso, sé que va a ganar Valladolid. Sé que va a ganar el rugby. Sé que va a ganar el deporte. Y lo sé en un año muy duro en otras disciplinas. Un año en el que se ha menospreciado y no se le ha tenido el más mínimo respeto al equipo de fútbol por mucho que estuviera Ronaldo al frente. En el mundo del rugby, en cambio, lo que hay es mucho respeto por estos dos clubes que son un ejemplo a todos los niveles, no solo para el rugby sino para el deporte en general. Tanto es así, que uno no vería para nada descabellado fusionar a los dos equipos pero de otra forma. No lo haría en un nuevo equipo. Lo haría en un premio conjunto para ambos. Ahora que acaban de conceder el Premio Princesa de Asturias de los Deportes a la esquiadora Lindsey Vonn, no estaría nada mal un premio especial para estos dos equipos que han conseguido tantos milagros casi desde la nada, que se han convertido en iconos, que han hecho de un deporte minoritario el deporte rey en una ciudad como Valladolid, que dominan con mano de hierro la Liga española en los últimos tiempos (repartiéndose títulos como quien se reparte los trozos de una tarta), que han llevado al rugby español a otra dimensión ejemplificada en el hito que supuso llenar el estadio Zorrilla con 26.000 personas en la Final de la Copa del Rey de Rugby de 2016 (aquel día los queseros y los chamizos honraron al rugby y dieron una lección a toda España), que representan a la perfección los sagrados valores del rugby (como el respeto, la deportividad o la solidaridad), grandes y sagrados valores que están en peligro, no solo en el deporte sino en toda la sociedad, en fin, dos equipos que tienen una cantera que es la envidia de toda España, con decenas de críos y crías de todas las edades entrenando en Pepe Rojo con un único sueño: jugar algún día en el primer equipo del VRAC Quesos Entrepinares o del SilverStorm El Salvador. Pues eso. Que este fin de semana hay otra fiesta del deporte. Ni queseros ni chamizos alzarán la Copa Webb. Harán algo mucho más importante. Viajarán más allá de la leyenda y harán que nos sintamos orgullosos. Este sábado los dos equipos de Valladolid se vuelven a jugar la Liga Heineken. Lo hacen por cuarto año consecutivo. Gane quien gane, ganaremos todos.

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Sobre el autor

Escribe novelas y cosas así. Sus detractores dicen que los millones de libros que ha vendido se deben a su cara bonita y a su cuerpo escultural. Y no les falta razón. www.vicentealvarez.com


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